22.12.14

¡Feliz Navidad!



Queridos amig@s de la Unión Bíblica...

Junto con nuestra felicitación, recibid los mejores deseos de bendición de parte de nuestro Señor y Salvador Jesucristo.

Un abrazo:

Francisco Mega
Secretario General de la Unión Bíblica.

16.12.14

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Notas Diarias / 'Mi encuentro diario con Dios' - 2015


¡Comienza bien el Año Nuevo!

Consigue ya tu ejemplar de Notas Diarias / Mi encuentro diario con Dios correspondiente al primer semestre del año 2015.

En esta ocasión, el plan de lecturas nos acerca a los siguientes libros de la Biblia: Salmos, Génesis, Deuteronomio, Proverbios, Lamentaciones, Mateo, 1 Corintios, 1 Timoteo y Santiago. Un buen menú con el que alimentarnos y gozar diariamente de la Palabra del Señor.

Fotografia portada:
Cuando Juan escribía el Apocalipsis, la antigua ciudadela de Sardis no era más que un monumento al pasado en lo alto de su meseta. El gran arqueólogo, William Ramsay, la llamó “la ciudad de la muerte”, debido al contraste entre el apogeo del pasado y su decadencia actual: tenía nombre, pero estaba muerta. Una buena descripción para definir la penosa situación de su iglesia.

Sardis, la iglesia que duerme
En la portada de este ejemplar de Notas Diarias, las ruinas de la importante capital del antiguo reino de Lidia: Sardis. Gran parte de los creyentes de la iglesia se habían contagiado del espíritu de autosuficiencia que, en el pasado, había evidenciado su importante ciudad. Pronto olvidaron que su ciudadanía estaba en los cielos (Filipenses 3:20). Cometieron el error -del que nosotros no estamos exentos- de no saber entender las lecciones que Dios nos da, también, en el libro de la Historia.

Uno de los pecados más graves de Sardis había sido caer en brazos de la falsa seguridad. En algunas ocasiones, la excesiva sensación de seguridad puede entregarnos en las garras de la falsa confianza; exactamente lo que había pasado con aquella importante ciudad. Su privilegiada situación, en lo alto de una colina casi inaccesible, propició que sus confiados y orgullosos ciudadanos se creyeran casi inexpugnables, cuando, en realidad, esa falsa confianza lo que había propiciado es que fueran invadidos no una, sino dos veces.

Tristemente, una gran parte de la iglesia de Sardis también había caído en los brazos de la autosuficiencia, cuando en realidad se encontraban viviendo plácidamente una vida cristiana “de sofá”. Por si esto fuera poco, Sardis -siguiendo el ejemplo de cualquier metrópoli importante de la época-, era un centro de poder idolátrico encabezado por Cibeles (Artemisa), diosa asociada a la fertilidad, a la que acudían las mujeres a la hora de su alumbramiento (una especie de Virgen del Parto de la Basílica de San Agustín de Roma en la actualidad), por lo que palpaban, peligrosamente, un paganismo que lo impregnaba absolutamente todo y que amenazaba con permear su propia existencia.

“Yo conozco tus obras, que tienes nombre de que vives, y estás muerto.” ¡Qué fuerte! El Señor conoce, profundamente, la obra de cada iglesia y la condición de cada creyente. Ni el pasado, ni el presente, ni el futuro... Nada se esconde al que tiene “los siete espíritus [...] y las siete estrellas”.

La iglesia en Sardis vivía de una falsa reputación. Tenía nombre de que vivía, lo que nos sugiere una congregación con signos vitales aceptables. Probablemente se trataba de una iglesia con muchas actividades; que contaba con un buen cuadro de predicadores; una importante obra social... una iglesia que trabajaba en la Obra pero que había olvidado al Señor de la Obra.

Querido/a hermano/a, necesitamos estar atentos al mensaje a Sardis. A través de él el Señor nos hace un solemne llamamiento a ti y a mí. La implicación de nuestra congregación nunca llegará más lejos que nuestro compromiso personal con el Señor.

Francisco Mega
Secretario General de la Unión Bíblica

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