«¿Son capaces los niños de Primaria de organizar sus propias reuniones para orar y leer la Biblia, sin la supervisión de sus padres o de otros adultos? La respuesta es un 'sí' rotundo. ¡Gracias a Dios!
En toda Suiza, se reúnen niños y niñas con el permiso (si no siempre el apoyo) de sus padres, con el propósito de vivir su fe diariamente en situaciones naturales. He aquí dos ejemplos recientes y bastante alentadores:
Clubs bíblicos de recreo
Durante la comida, mi esposa y yo preguntamos a nuestras hijas qué habían hecho en la escuela a la hora del descanso de media mañana. La mayor contestó con toda tranquilidad que el club bíblico de recreo iba bien y que solían asistir entre 10 y 15 niñas. ¿Cómo? Apenas podíamos creer lo que oíamos. "Pues, sí, Papá. Nos reunimos todas las mañanas durante el recreo y contamos historias bíblicas." ¿Qué? ¿En una escuela pública? Nuestros corazones saltaron de gozo al saber que tres niñas habían decidido organizar este club bíblico en el colegio durante el descanso. En medio del patio de recreo, cantaban, oraban, contaban historias bíblicas y leían juntas la Biblia. Después, jugaban. "Y... ¿qué dicen los profesores?", las preguntamos, algo preocupados. "Pues, a veces se nos acercan y sonríen", dijeron.
El club del Cordero
Ruedi Kündig: -Decidme primero por qué queríais comenzar un club bíblico.
Ursina, Rahel, Franca: -Antes de empezar, conocíamos a algunas chicas mayores que se reunían regularmente con el líder de los jóvenes para leer la Biblia. Pensamos que era una idea estupenda, pero a nosotras nos parecía importante reunirnos sin adultos en el grupo. En aquellos momentos teníamos 10 u 11 años.
Ruedi Kündig:-¿Por qué era importante para vosotras reuniros sin la supervisión adulta?
Ursina, Rahel, Franca: -Así nos sentíamos más independientes. Los adultos siempre quieren tomar las decisiones y suelen meterse en todo. Sin embargo, a veces preguntamos a nuestros padres cuando no entendemos algo.-
Una de las niñas añadió: "Si nuestros padres se pelean, así podemos hablar sobre ello y orar por ellos. No podríamos hacerlo si estuvieran presentes."
Ruedi Kündig: -Entonces ¿cómo empezasteis?
Ursina, Rahel: -Primero nosotras dos nos reunimos y hablamos sobre quién invitaríamos. (Por ejemplo, no queríamos invitar a chicos.) Luego, Rahel imprimió las invitaciones en su ordenador y las repartimos. Las chicas tuvieron que rellenar las horas en que podrían asistir.
Ruedi Kündig: -Pero, ¿quién organiza todo esto?
Ursina, Rahel: -Preparamos los devocionales por turnos, y los ilustramos con nuestras marionetas de 'cordero'.
Ruedi Kündig: -¿Cuáles son los temas de vuestros devocionales?
Ursina, Rahel: -Hemos usado temas como 'Sal y Luz del Mundo', 'No tener miedo de los problemas', 'Escuchamos a Dios y Él nos escucha a nosotras', etc. A veces tomamos una historia de un libro de devociones familiares, y la discutimos.
Una muestra práctica.
Las niñas me invitaron a experimentar a primera mano una sesión de su 'Club del Cordero', que normalmente dura unos 90 minutos y no necesariamente sigue el mismo formato que la reunión de ese día.
Ursina leyó una historia basada en el relato bíblico sobre un cordero, mientras que Rahel la representaba usando las marionetas. Luego, Ursina compartió unas reflexiones propias sobre la historia. Después, todas las chicas leyeron los Salmos 23 y 37:4, versículo por versículo alrededor del círculo, y cantaron una canción acerca de un cordero. A continuación, cada niña relató algo sobre su día particular en el colegio, e indicó un tema de oración. Concluyeron con un tiempo libre de oración.
Finalmente, cada una de las niñas oró por mí con fervor:
-Señor, pedimos que a través del artículo de Ruedi hagas que otros muchos niños se animen a empezar clubs bíblicos como el nuestro.»
Ruedi Kündig
Obra entre niños
Unión Bíblica de Suiza alemana
Obra entre niños
Unión Bíblica de Suiza alemana
Tomado del Boletín de oración (oct-dic. 2006), Unión Bíblica de Europa
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